martes, 23 de febrero de 2010

Reflexiones sobre los Programas de Desarrollo Directivo

Llevo mes y medio en un programa de Desarrollo Directivo en el IESE y quería compartir algunas reflexiones sobre el mismo.
En primer lugar,me ha resultado sorprendente lo poco que sé (espero que esto sea una situación temporal hasta la finalización del programa) sobre la organización de una empresa. Tengo 20 años de experiencia profesional, habiendo estado en distintos departamentos: desde el area comercial, a la investigación y desarrollo, o la consultoría, y ese bagaje se ha transformado en unos automatismos ante la toma de decisiones. Sin embargo, en este tipo de programas lo que ves es lo que no veías. O lo que veías pero con unas gafas que habías ido desarrollando con el tiempo y que no sabías que llevabas puestas.
En segundo lugar, te permiten romper la endogamia en la que vives. Vives con tus compañeros de trabajo, con tus directivos, con tus subordinados (no me gusta esta palabra pero es la que en este momento se me ocurre) ... y piensas que todo termina ahí (fuera de tuvida familiar/personal, por supuesto) El haber conocido a un montón de gente brillante, en algunos casos, muy brillante, es siempre enriquecedor.
Y en último lugar, llevo preguntandome algunas semanas sobre el momento idóneo para realizar estos programas. Creo sinceramente que en mi caso, éste ha sido el mejor momento posible, pero ¿cual es la frontera? ¿Puede ser demasiado tarde en algun momento?

1 comentario:

Jesus Sanz dijo...

Quizá la expresión 'demasiado tarde' sea demasiado drástica e implica 'se me pasó el arroz'.
En ese sentido, creo que nunca es demasiado tarde. La curiosidad mueve montañas. Y la curiosidad no termina nunca. Mi padre tiene ahora 81 años, y sigue queriendo descubrir cosas nuevas.
SI ese 'demasiado tarde' lo aplicamos al mundo empresarial, creo que le sacará más jugo quien antes lo haga, aunque solo sea por disponer de más tiempo para poner en marcha lo aprendido. Pero seguirá siendo valioso.
Pero sí es cierto que un programa de este tipo requiere de un esfuerzo y sacrificio personal que cada uno de nosotros debe valorar adecuadamente y decidir si compensa o no, 'si es el momento', o - aún más difícil, si los beneficios a obtener superan los esfuerzos a realizar.

Un saludo